La celebración de su boda es
uno de los eventos más importantes para una pareja,
puesta de largo de su vida en común. En ese día
todo tiene que ser perfecto, y que la impresión de
los invitados sea positiva depende en grandísima medida
del banquete.
El día ha llegado, todo está perfecto, la novia
radiante, como el sol de la mañana elegida, el novio
espléndido. El aroma de las flores agasaja el olfato
de los invitados, cuyas pupilas no pierden ápice de
cada detalle de la ceremonia y sus oídos permanecen
atentos esperando el “sí quiero” mientras
en sus manos palpan la elegancia de cada detalle.
Todo parece ir sobre ruedas,
incluso la llegada de los recién casados al restaurante,
pero ahí puede echarse mucho a perder. Y es que no
debemos descuidar el único sentido al que todavía
no hamos rendido tributo en nuestro día, el del gusto.
Por eso la elección de
un restaurante es una decisión tan complicada e importante
para unos novios. Debéis comenzar a barajar opciones
con muchos meses de antelación. Ese proceso de organización
que comenzasteis hace más de un año no puede
venirse al traste en este momento.
Sabemos que es casi imposible
contentar por igual a todos los invitados, por eso es labor
de los novios y familiares dar con el menú perfecto
que combine en su justa medida originalidad con tradición.
Hay que probar cada menú que nos ofrezcan los restaurantes
seleccionados tras la configuración de la lista de
invitados, principalmente los novios, para evitar sorpresas.
La oferta que encontrareis al
acudir al restaurante será muy variada, de hecho, cada
vez es mayor la variedad y con ello la responsabilidad, a
la hora de elegir menú. Incluso existe la posibilidad,
habitualmente muy acertada, de ser los contrayentes los que
propongan y el restaurante se adapte a una exigencia tan especial.
Los menús propuestos por
los salones suelen introducir innovaciones de manera muy precavida,
evitando correr riesgos, ya que la mayoría de la gente
sigue optando por los platos más tradicionales. Aún
así los menús tradicionales van evolucionando
poquito a poco. Por ejemplo, los asados van progresivamente
desapareciendo a favor de solomillos en cuanto a carnes.
Y tanto estas carnes como los
pescados suelen acompañarse de salsas y guarniciones
mucho más elaboradas, único espacio en el que
se introducen innovaciones constantemente, junto con el de
los sorbetes, otro elemento indispensable en un convite. En
cuanto a los postres poco a poco se va perdiendo la tradición
de la tarta nupcial, heredada de la Roma Clásica y
actualizada en el siglo XII, introduciendo variadas selecciones
de repostería fina y heladería.
Donde sí podéis
asumir mayores riesgos y darle a vuestro banquete un toque
moderno y sofisticado es en el cocktail. Es la toma de contacto
de cada invitado con el restaurante y el salón en el
que compartirán mesa y mantel con familiares y conocidos.
Por esto es tan importante la elección del día,
la hora y el número de invitados. De ello dependen
el salón elegido y la posibilidad de celebrar el cocktail
en exteriores.
Pero no podemos dejar ahora de
lado el resto de los sentidos. Dicen que la buena comida se
anuncia a la nariz desde la cocina, y también se dice
que ésta entra por los ojos. Pero nunca estará
de más contemplar a la hora de estudiar el diseño
de vuestra boda la posibilidad de acondicionar el salón
a vuestro gusto, creando una perfecta armonía con el
desarrollo de la jornada completa.
Con el último pedazo de
tarta no termina la fiesta, sino todo lo contrario, llega
el momento de olvidarse de premisas protocolarias y abandonarse
a la alegría y la amistad, sin perder nunca las formas.
En la actualidad todos los salones de los restaurantes que
encontramos en nuestra comunidad están preparados para
organizar un baile en esas mismas instalaciones, ofreciendo
incluso algunos una sala de baile o discoteca, evitando así
a todos los asistentes tener que desplazarse para continuar
la fiesta en honor de los recién casados y olvidar
por un día el odioso paso del tiempo.
El de la música es un
detalle que tampoco debéis descuidar. La elección
de la música debe ser cosa vuestra, organizándolo
con la suficiente antelación y proponiéndolo
al restaurante a la vez que los posibles menús.
Incluso se puede elegir un determinado
restaurante contemplando la posibilidad de celebrar la boda
en su recinto, en capillas o salones, según el caso.
Una opción que queda en vuestras manos, como tantas
otras cosas en un día como éste.
Fuente: El Comercio Digita